miércoles, 19 de agosto de 2015

Toro de lidia


Pix.gifToro de lidia
Toro bravo
Cowicon.svg
Toroencorrida2.jpg
Nomenclatura binominalBos primigenius taurus(toro/vaca)
Región de origenEspaña y Portugal
Características
Morfologíadimorfismo sexual, elipométrica, mesomorfa y celoide, gran desarrollo muscular y excepcional actitud dinamógena; variada en aspectos accesorios
Tipobovino
Dimensionesgrande
Tamañovariable
Pesovalor medio 300 kg ♀ - 500 kg ♂
Pelajeextremadamente variable
Cuernosgancho corto con muchas variantes, pigmentación variable, sección circular
Cabezaperfil variable, entre media y pequeña, corta y ancha
Bocavariable
Ojosojos grandes, más o menos salientes
Colavariable
Patascortas y bien dirigidas
Carácterbravo
Otros datos
Utilizaciónespectáculos taurinos

El toro de lidia, también denominado toro bravo, designa a los especímenes macho de una heterogénea población bovina desarrollada, seleccionada, y criada para su empleo en diferentes espectáculos taurinos, como las corridas o los encierros. Proceden de las razas autóctonas de la península ibérica, conocidas como «tronco ibérico», que desde tiempo inmemorial propiciaron las formas más primitivas de tauromaquia. Se caracteriza por unos instintos atávicos de defensa y temperamentales, que se sintetizan en la llamada "bravura", así como atributos físicos tales como unos cuernos grandes hacia delante y un potente 

Orígenes

Toros de lidia. Dehesa. Salamanca 27-11-2005
Uno de los aspectos de la historia del toro de lidia que más se presta a discusión es la determinación sobre la aparición de la crianza del mismo con fines de lidia, seleccionando ejemplares y razas, con fines comerciales, o destinados a los espectáculos taurinos de toda índole. No parece que existiera una selección especial durante la Edad Media, en la que sin embargo, los toros, como otros animales salvajes, eran mantenidos en cautividad y protegidos por los señores feudales para propósitos de cría o de caza.
En tiempos de los Reyes Católicos ya se empezaron a conocer, así que los primeros indicios de selección del toro bravo apuntan a los siglos XV y XVI en la provincia de Valladolid, donde la proximidad a la Corte, aún itinerante en esta época, hizo que se criara en amplios terrenos una vacada que pudo sentar las bases del toro de lidia actual. Desde los términos de BoecilloLa Pedraja de Portillo y Aldeamayor de San Martín, partían los toros para las fiestas de los pueblos, de la Corte o para las eclesiásticas. El nombre de esta pretendida ganadería primigenia fue Raso de Portillo, y fue conocida hasta finales del siglo XIX. Existe la creencia de que estos toros fueron los primeros empleados en festejos reales.
Paralelamente comenzaron a desarrollarse ganaderías en otros lugares de España. Andalucía se puso a la cabeza en la cría de toros, si bien también tuvieron su importancia los que se criaron a orillas del Jarama, los llamados Jijones de Villarrubia de los Ojos, los navarros y los aragoneses. Fue en la segunda mitad del siglo XVII cuando las vacadas de toros bravos empezaron a organizarse, aunque todavía sin fines claramente comerciales. Tuvo que pasar un siglo más para que el espectáculo taurino cobrara auge y aparecieran las ganaderías orientadas claramente a los espectáculos taurinos ya con fines comerciales.
Así pues, el toro actual puede considerarse el resultado del trabajo de selección efectuado desde principios del siglo XVIII mediante la prueba de la tienta a fin de elegir para su reproducción ejemplares en los que concurrieran determinadas características, aquellas que permitieran el ejercicio de la lidia; es decir, la sucesión de suertes que se ejecutan en las corridas de toros desde que el toro sale al ruedo hasta que, una vez que el diestro le ha dado muerte, es arrastrado por las mulillas. Estas características han variado tanto a lo largo de los siglos como el toreo mismo, manteniéndose como sostén del mismo un único denominador común: la bravura del toro. Nacieron entonces, ya en la segunda mitad del siglo XVIII, las que se consideran las castas fundacionales de las que parten los encastes actuales: Morucha Castellana (Boecillo), Navarra, Toros la Tierra y Jijona (Madrid y la Mancha), Cabrera y Gallardo (El Puerto de Santa María), Vazqueña, Vega-Villar (Utrera) y Vistahermosa, si bien en la actualidad el 90% de las divisas existentes proceden todas de esta última.

Características de las castas

Monumento al toro de lidia enTordesillasValladolid.
Casta navarra: Los toros navarros, hoy inexistentes como tales, fueron toros de sierra, pequeños de tamaño, pero de temperamento tan bronco y casta tan señalada que suplían su falta de trapío con una portentosa acometividad y bravura.
Casta jijona: Reconocible por sus muchos ejemplares de pelo colorao. Todavía hoy se denomina a los animales de este pelaje como toros jijones.
Casta castellana o morucha-castellana: De toros grandes, hermosos y muy duros de lidiar.
Casta andaluza: Según José María de Cossío, debería ocupar el primer lugar en consideración por haber sido la que ha logrado el prototipo y epítome del toro de lidia.
Casta cabrera: De gran alzada, cuerpo largo y agalgado, con defensas muy desarrolladas, de la que proceden, entre otros, los ejemplares de Miura.
Casta vazqueña: Fundada hacia 1780 por don Gregorio Vázquez reuniendo los mejores ejemplares de ganaderías castellanas y andaluzas. Adquirida por el rey Fernando VII y, después, por el Duque de Veragua, en cuyas manos cobró fama imperecedera.
Casta vista-hermosa: Fundada por el conde de Vistahermosa en 1772, estirpe de la que proceden la mayoría de las reses que se lidian en la actualidad.
Casta atanasio-fernandez: Toros de cabeza grande, ancha y con la cornamenta dirigida hacia arriba, tienen el pecho ancho, la cola larga y gruesa. Actualmente hay muy pocos ejemplares, se pude considerar que esta en peligro de desaparecer.

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